Por: GILBERTO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ.

Pienso, por que me gusta imaginar cuando leo la Biblia; que si Moisés hubiera mandado turistas y no espías a conocer y reconocer la tierra prometida, seguramente hubieran llegado con otro reporte y emocionados de conquistarla.

“La costumbre y la rutina es la forma de la mente de sintonizar lo que se vuelve demasiado familiar.”

Lo familiar es el reloj mental que deja de hacer tictac en tu conciencia, la belleza del rostro de tu cónyuge ya no lo ves realmente hermoso. Ver jugar, correr y cuando hacen gracias nuestros niños, dejan de ser divertidos. Los nuevos días dejan de ser el milagro de otro amanecer que pasas sin asombro. Es un mecanismo de supervivencia psicológico que nos ayuda a filtrar estímulos constantes, pero espiritualmente, es uno de nuestros mayores peligros.

Dice el Rey David; “Cuando miro el cielo de noche y veo la obra de tus dedos —la luna y las estrellas que pusiste en su lugar—, me pregunto: ¿qué son los simples mortales para que pienses en ellos, los seres humanos para que de ellos te ocupes?” Salmos‬ ‭8‬:‭3‬-‭4‬ ‭NTV‬‬

Nos habituamos a la presencia de Dios hasta que la oración se convierte en rutina en lugar de revolucionaria. Nos acostumbramos a Su Palabra hasta que las Escrituras parezcan noticias de ayer en lugar del pan vivo de hoy. Damos por un hecho que vamos amanecer al siguiente día, como si fuera obligación de Dios otorgarnos la vida. Habituamos a las bendiciones hasta que somos más conscientes de lo que nos falta que agradecidos por lo que tenemos.

Pero Dios nos llama a una renovación constante: «No se conformen al patrón de este mundo, sino sean transformados mediante la renovación de su mente» (Romanos 12:2). El antídoto contra la costumbre y la familiaridad… “es la contemplación y atención intencional.”

Es elegir ver con ojos frescos lo que has visto mil veces antes, orar como si fuera tu primera conversación con el Todopoderoso, leer su Palabra como si la tinta todavía estuviera húmeda del cielo.

“Cada mañana es una invitación para romper la cadena de lo familiar y encontrarse con Dios como por primera vez.”

No dejes que tu alma crezca adormecida a lo sagrado.

¡DESPIÉRTATE TU QUE DUERMES Y TE ALUMBRARÁ CRISTO! Efesios 5:14

Lo que das por sentado, eventualmente perderás el conocimiento, y de lo que pierdes el conocimiento, no puede ser transformado.

Despierta tu mente.

Aviva el don del fuego que está dentro de ti.

Mira otra vez.

Contempla y da gracias a Dios por lo que te rodea y los que te rodean.

Deja que la maravilla reemplace la rutina, y mira cómo el Dios que pensabas que conocías se revela a sí mismo en nuevas formas impresionantes. ¡NUNCA PIERDAS TU CAPACIDAD DE ASOMBRO!

¡Aprovecho para decirte, GRACIAS POR LEERME! Dios te bendiga.

FACEBOOK: Gilberto González Hernández.

CORREO ELECTRÓNICO: pastgil@yahoo.es

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