Ante la Abundancia de Agua en México, Preocupa el Dispendio.

Por: LUCIO RAMÍREZ MEDINA.

Lorena Rivera, Periodista especializada en temas ambientales y crisis climática, sostiene que esta temporada de lluvias en el país ha sido abundante, se han roto récords, el llenado de 75 presas está por arriba de 100% y sólo 7.5% del territorio nacional, al 15 de octubre, presentaba áreas de sequía de moderada a excepcional. A primera vista, estos datos oficiales pueden significar un respiro respecto a las condiciones experimentadas el año pasado en un contexto de temperaturas altas y ondas de calor.

Pero advierte; sí, ha llovido bastante y la percepción es que la sed del país se saciará durante algunos años, sobre todo por el llenado de las presas, pero hay que ser claros, éstas no abastecen agua a toda la población.

La sensación de abundancia puede derivar en mal uso o desperdicio, porque la mexicana es una sociedad que aún carece de una cultura efectiva sobre su cuidado. Seis millones de personas en el país no tienen acceso a agua potable, así que el dispendio no es opción. Y hacer uso irracional del recurso en estos tiempos de la triple crisis planetaria: cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación atenta contra la salud, la alimentación, la seguridad y el bienestar de las personas y los ecosistemas.

Ilustra que cerca de 70% del agua en las ciudades proviene de los acuíferos, pero la realidad de éstos es otra. Las lluvias no necesariamente recargan por completo a los someros —que están cerca de la superficie—; mientras que aquellos a mayores profundidades han tenido procesos que datan de miles de años.

Así, las dinámicas de recuperación por agua de lluvia para cuerpos superficiales y subterráneos son completamente distintas.

Las presas se han ido llenado y se han roto umbrales mínimos; otros reservorios están por arriba de su capacidad, lo cual representa un riesgo de desastre para las poblaciones ribereñas, como el caso del Papaloapan. El monitoreo será fundamental para alertar a la gente con anticipación y evitar desgracias.  Cifras de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) apuntan que del total de las presas que administra (210), 75 están a 100% de llenado; 62 están entre 75 y 100%, y 38, entre 50 y 75% de su capacidad. El resto se encuentra en niveles ínfimos, como El Palote, Guanajuato, que tiene apenas 5% de llenado; Las Vírgenes, en Chihuahua, con 12%; o De Gonzalo, Michoacán, con 13%, sólo por mencionar algunas. Las presas en mínimos son un reflejo de la falta de lluvias y una gestión ineficiente.

Los tres embalses que conforman el Cutzamala están a punto de rebosar: El Bosque tiene 96.71% de llenado; Valle de Bravo, 96.37%, y Villa Victoria, 95.38%, en conjunto representan 96.22% de su capacidad para abastecer a entre 20 y 25% de la población de la ZMCM.

Lorena Rivera insiste: es importante no dar por hecho que tenemos asegurado el suministro de agua por mucho tiempo. Ojalá que la nueva Ley General de Aguas y la reforma a la Ley de Aguas Nacionales puedan cubrir los rezagos que se arrastran desde hace décadas. Más aún, tanto agua, cambio climático y biodiversidad deben ser transversales a todas las políticas públicas.

Concluye: ojalá se endurezcan y apliquen sanciones, multas y cárcel a quien lucre con este recurso. El presente es cristalino, pero el futuro es incierto. La ciencia ya alertó sobre las consecuencias de quedarnos sin agua.

*Licenciado y Maestro en Periodismo         

lurame_3@hotmail.com                  @luciorm 

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