Por: GILBERTO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ.
«Los enemigos de un hombre serán los miembros de su propio Hogar” Mateo 10:36
Entiendes ese verso de forma diferente cuando el árbol está encendido y la mesa está llena.
Un corazón quiere seguir a Cristo.
Otro no quiere tener nada que ver con él.
Un golpe silencioso a tu fe.
Un ojo volteado durante la oración.
Una frialdad que puedes sentir en toda la habitación.
Muecas y actitudes de burla.
Una indiferencia cuando hablas de Él.

No es drama.
Es el costo que Jesús nos advirtió.
El evangelio trae paz con Dios,
pero a menudo expone las líneas de falla dentro de una familia antes de curar un alma.
Así que si esta temporada trae tensión donde esperabas alegría,
si tu obediencia a Cristo es resistida por las personas que amas y son más cercanas a ti,
Recuerda esto:
No estás fallando.
Me estás siguiendo.
Y Jesús dijo que sería así.
Dalo a conocer, agradécele que vino… Síguelo de todos modos.
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