Por: GILBERTO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ.

A menudo, el proceso de Dios de revelar nuestro propósito está lleno de obstáculos que desafían nuestra fe y ponen a prueba nuestra perseverancia. Cada obstáculo que enfrentamos se siente como un contratiempo, pero en el plan de Dios, cada paso que damos es un progreso, ya sea pequeño o grande. Cada centímetro ganado, cada momento de seguir adelante, es un momento de victoria que merece ser celebrado. No esperes para celebrar grandes descansos solamente. En lugar de eso, celebra los pequeños momentos que conducen a grandes descansos. Dios nos llama a no despreciar el lento progreso, sino a alegrarnos por el crecimiento que ocurre en el camino. Recuerda, no se trata de cuán rápido llegas a tu destino, sino de cuán fiel eres en el viaje. “Jehová hace firmes los pasos del que en él se deleita; aunque tropiezo, no caerá, porque Jehová lo sostiene con su mano” (Salmo 37:23-24). Sigue adelante, pulgada a pulgada, paso a paso, momento a momento, y un día a la vez, sabiendo que cada paso es un triunfo con Dios a tu lado.

Que Dios te bendiga y te guarde de todo mal.

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