Por: GILBERTO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ.

Las situaciones son desesperantes. Tal vez tú que me lees, sientes que toda esperanza está perdida y el mundo te ha dado la espalda, incluso los amigos que pensabas que tenían tus mejores intereses no se encuentran en ninguna parte. Es en esas situaciones desesperadas que Dios sigue siendo el mismo Dios de ayer y hoy. Dios no se ha olvidado de ti. Él es el mismo Dios que trae consuelo y paz.

Personalmente he presenciado incontables veces cuando estaba en mi punto de quiebre y me sentí desesperado, y fue precisamente entonces cuando Dios apareció y me rescató. No hay límite para lo lejos que Él llegará para sacarnos de una situación desesperada.

No importa a lo que te enfrentes hoy, recuerda que el amor de Dios por ti es inquebrantable y sus planes son perfectos. Él ha prometido nunca dejarte ni abandonarte (Deuteronomio 31:6). Cuando el peso de la vida se sienta demasiado pesado, echad vuestras preocupaciones sobre Él, porque Él cuida profundamente de vosotros (1 Pedro 5:7). Su fuerza se perfecciona en tu debilidad, y por medio de él tienes el poder de vencer cualquier cosa (2 Corintios 12:9). Confía en su tiempo, descansa en su paz, y sabe que Él está trabajando todas las cosas juntos para su bien (Romanos 8:28). ¡Mantén tu fe fuerte y mira cómo Dios se mueve!

Como nos recuerda el Salmo 56: «Cuando tengo miedo, pongo mi confianza en ti.”

Es mi oración para que encuentres aliento y fortaleza en estas palabras, Dios te bendiga y te guarde de todo mal.

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