Por: GILBERTO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ.

Estamos bajo ataque, son tiempos de traer toda la armadura bien puesta y sobre todo, bien ceñidos nuestros lomos con el cinto de la verdad. tengamos aferrada nuestra mano con la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios y en la otra mano, el escudo de la fe, con el cual apagamos todos los dardos de fuego del maligno.

En Isaías 54:7; dice que… “Ningún Arma FORJADA Contra Ti Prosperará»

Presten atención a esa palabra, dice el profeta Isaías; NINGUNA ARMA FORJADA. No es algo de la casualidad, no es un accidente. Forjada significa:

-Planificada

-Preparada

-Diseñada específicamente para atentar contra alguien.

Alguien en lo oculto, está forjando armas contra tu matrimonio. Alguien planifica destruir a tus hijos.

Alguien diseña estrategias para dividir a tu familia. Pero Dios lo dice en su Palabra: “NO PROSPERARÁ”.

En Neemías 4:14, encontramos la estrategia divina:

Cuando el pueblo quería rendirse, cuando las murallas parecían imposibles de reconstruir, cuando los enemigos se burlaban, Neemías hizo algo revolucionario: Puso a cada hombre con su familia frente a la muralla. Con una mano edificaban y con la otra tenían espada en su mano para cuidar lo que se había edificado.

«¿Por qué?» Para que cada vez que quisieran rendirse, miraran a su familia y recordaran por qué construían y peleaban.

¿No tienes hijos? Mardoqueo tampoco. Pero crió a Ester que salvó a toda una nación.

Mientras trabajas o mientras adoras, trae a tu mente tu familia. “YO Y MI CASA, SEREMOS SALVOS”

-cada mañana cuando te levantes, da gracias a Dios y ora con cobertura de bendición y salvación para ti y toda tu familia.

-Recuerda: cuando peleas por tu familia, Dios pelea por ti y el Señor cubre tu familia donde quiera que anden o vayan.

Esta debe ser una confesión de fe diaria: «Mi casa y yo serviremos a Jehová. Ningún arma forjada contra nosotros prosperará.»

Sea como sea, el mensaje es claro: debemos prepararnos espiritualmente.

Si vivimos en tiempos especiales, debemos ser mejores personas, fortalecer nuestra relación con Dios, y vivir con fe y alegría.

En el mundo se están cumpliendo las profecías acerca de los últimos tiempos para nuestro planeta, es nuestro deber creer o ignorar, velar o seguir dormidos. Vivimos nuestros días como en los días de Noé y debemos seguir fieles llevando a nuestra familia al arca de salvación, que es nuestro Señor Jesucristo. Debemos rendirnos a sus pies diariamente y saber que solamente en Él, estamos seguros bajo sus benditas alas.

Bendiciones a todos y todas mis amigas de mi Facebook.

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