Por: GILBERTO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ.

Este es un momento emocionante, pero también hay mucha energía nerviosa en ese primer día. Por favor, tomemos unos minutos del amanecer para hacer oraciones por todos los niños, por todos los padres y los maestros. ¡Definitivamente en este tiempo, más que nunca lo necesitan!

Siempre oraba por mis niños cuando los llevaba a la escuela, era lo primero que hacíamos apenas se subían al auto. Ahora me levanto y oro por mis nietas y mi nieto cada mañana.

El Señor siempre está cerca, para darles sabiduría, amor, dominio propio, gracia y favor. Esto es cierto en las escuelas privadas, las escuelas públicas, las universidades y colegios, e incluso la educación en casa también. Y no importa si la escuela donde estudiarán tus hijos no den “la bienvenida a Jesús», aún así, encontrarán su presencia acompañándolos a nuestros hijos/hijas nietos, de todos modos.

Y el hecho de que Jesús esté con nuestros hijos en la escuela, provoca dos cosas importantes.

En primer lugar, Él está ahí para darles un espíritu de poder, de amor y sano juicio. Él les da valor cuando se sientan asustados y confianza cuando se sienten tímidos. Él conoce nuestros necesidades y escucha nuestras oraciones, toma nuestras cargas y nuestro estrés, cuando llevamos esas oraciones directamente al Padre. incluso cuando no sabemos como orar o pedir. El Señor está cerca en cada situación para nosotros y nuestros hijos.

Pero la segunda cosa a considerar, es que si Jesús está con nuestros hijos, deberíamos recordarles que no solo se porten bien y hagan caso a sus maestras, sino enseñarles y repetirles; a que sean fieles representante de Él. Si son creyentes en él, entonces también deben saber que son embajadores de Su evangelio.

Para muchos estudiantes, tardarán o nunca pondrán un pie dentro de una iglesia o haber leído una Biblia. Su compasión de carácter e integridad podría ser lo más parecido a lo que algunos llegarán a experimentar el evangelio de Cristo.

Así que al comenzar este año escolar animémoslo a caminar con Cristo dentro de su escuela. Él estará con ellos, y ellos estarán con él. Que sean una luz que brille en su clase, en el comedor y en el autobús. ¡Y que este sea un año escolar en el que Dios sea glorificado y honrado en todo lo que hagan o digan!

(Pie de Foto: MI NIETO DAVID Y MI NIETA MÍA).

Orando cada día por ellos y por todos nuestros niños y niñas.

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