Por: ALMAS DE LA CALLE.
No es lluvia. No es polvo. No es una gota cualquiera.
Es una lágrima. La lágrima de quien no puede hablar, pero lo ha perdido todo. ¿Sabes lo que se siente esperar en la puerta y que no regreses nunca?
¿Sabes lo que se siente tener hambre, y aún así mover la cola al verte?
¿Sabes lo que se siente confiar ciegamente y ser traicionado sin razón?
No me digas que “los animales no lloran”. Yo lo hice. Lo hago. Porque tengo alma, aunque tú no la veas.
Esta lágrima no es solo mía. Es de cada peludo que fue dejado atrás. Es de cada nobleza rota, de cada lealtad olvidada.
Y tú, humano… ¿vas a seguir caminando como si no vieras? RESCATA. AMA. POR FAVOR.






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